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Siempre he pensado que los contenidos del cuerpo, como lenguaje, son inclasificables y que cada vez que lo enmarcas en un tema, personaje o situación los reduces. Sin embargo en Sin correa he buscado un tema: la enfermedad y sobre todo lo que de ella he aprendido; quizá debería decir que más que de la enfermedad esta obra habla de lo que queda después de la enfermedad; hablo de la sensación de caducidad que no te quitas de encima, hablo de la vitalidad, de las ganas de aprovechar el tiempo con la máxima sabiduría.

Hemos enfrentado temas tan trascendentes de la misma manera que he abordado otros trabajos,  llevando el cuerpo a estados concretos: la fatiga, el equilibrio, las ganas de hacer pis, el mareo, la aceleración del cuerpo y el baile como una forma de vitalidad, una vitalidad que refleja ese empeño en el vivir que tiene como eje esta obra.

Rodrigo García escribió un texto extenso y bellísimo que atravesaba esta obra: Lo bueno de los animales es que te quieren sin pedir nada.  Rodrigo escribía así de este texto:“Es una creación para una amiga Elena Córdoba, que es coreógrafa. Habíamos quedado que yo podía sumarme a su pieza con algunos textos. Al final me encontré con una obra estructurada de 80 páginas. Es inadecuado, pero conserva el espíritu. Teníamos que enfrentarnos a temas complicados, ya sabes, los que se relacionan con la enfermedad y el morir. Si hubiera decidido ocuparme de las vivencias de Elena y hubiera sido fiel a aquello, todo estaría arruinado. La amistad crea lazos mucho más profundos. De esta manera yo puedo hablar de mí y trascender las vivencias de los dos, que de eso se trata. Parece que esta obra habla sobre salvar al vida, parece que reclama dignidad para todas las muertes, pero no… habla de la amistad.”

Sin correa se estrenó el 6 de febrero del 2000, Sala Cuarta Pared- Interpretada por Elena Córdoba, Carlos Fernández y Patria Lamas- Texto: Lo bueno de los animales es que te quieren sin pedir nada de Rodrigo García - Luz Carlos de Marquerie.